La historia de Sara Blakely, quien es una empresaria estadounidense y fundadora de Spanx, una marca de pantalones y mallas, fundada en Atlanta.
Estudiaba para la carrera de derecho; sin embargo, no paso el examen para el Colegio de Abogados en un par de ocasiones, así que comenzó a trabajar para poder pagar las cuentas. Trabajo en Disney y la comedia, posterior a ello aceptó un trabajo en la empresa de suministros de oficina Danka, en donde vendía faxes de puerta en puerta, después de esa hazaña se dio cuenta que era buenísima para las ventas.
El calor en Florida es alucinante y las personas que vendían de puerta en puerta usaban pantalones super incomodos, así que ella decidió ponerle solución a su problema, cortando las mallas para poder usar sandalias e ir más cómoda. Ese primer prototipo que incluso era de mala calidad era la mejor solución que había encontrado.
Así pues, tomó entonces los cinco mil dolares (aproximadamente cien mil pesos mexicanos actuales) que tenía como ahorros, literal los ahorros de toda su vida, y se puso a trabajar en su proyecto. Para este punto se encontró con la dificultad de la producción, con la falta de confianza, con una búsqueda interminable de proveedores hasta que por fin logro encontrar al fabricante que la apoyo, creyó en ella y creo la marca Spanx, y así patenta la marca y el producto.
Así de frente, apunto a las tiendas de lujo de aquel entonces, y logro que su producto fuera aceptado a concesión, es decir, si vendían le pagarían. Entonces Sara iba cada semana a capacitar a las vendedoras de estas tiendas y así lograba triplicar las ventas en donde estaba.
En el año 2000, Sara le envió su producto al estilista de Oprah, y Oprah dijo que era el producto del año y ese mismo año facturó más de diez millones de dólares (aproximadamente doscientos millones de pesos mexicanos actuales).
Para el 2012 ya facturaba doscientos cincuenta millones de dólares (aproximadamente cinco mil millones de pesos mexicanos actuales), incluso había bancos que valorizaban su marca en un billón de dólares (aproximadamente veinte billones de pesos mexicanos actuales). Ese mismo año Forbes nombro a Sara como la multimillonaria más joven que se había hecho a si misma, a sus 41 años de edad.
De esta reflexión te pregunto un par de cosas para que te lleves de tarea:
¿Cuánto has luchado por tus metas?
¿Qué habría pasado si Sara NO hubiera tenido ahorros?